Divinas
palabras, subtitulada Tragicomedia
de aldea es una de las obras teatrales más conocidas de Ramón María del
Valle-Inclán publicada en 1920 en Madrid. Supone la culminación del ciclo
mítico, con una estética muy cercana a los esperpentos. La obra remite a
situaciones de crueldad pero tratadas en tono de tragicomedia. Lo trágico y lo
grotesco se aúnan en cuadros que remiten al Goya de los "disparates"
y los "caprichos", en una auténtica sinfonía de colores interpretada
por una galería de personajes sórdidos y miserables. Está habitada con imágenes
ancestrales de muerte, de avaricia y lujuria... pero formalmente se sitúa en
una vanguardia expresionista. Se trata de la obra más universal del autor
gallego, ya que es, con diferencia, la que más veces se ha llevado a escena
fuera de España. Un total de 35 montajes en 18 países de Europa, América y
Asia, 13 de ellos de habla no hispana.
Poco después comienza su
carrera como dramaturgo, estrenando obras como "Cenizas" y empieza a formar parte
del movimiento de fin de siglo junto a autores como Unamuno. Llegado ya el
siglo XX, Valle-Inclán publicó sus famosas Sonatas, protagonizadas por el
Marqués de Bradomín y realiza su adaptación teatral.
Quizá su etapa más creativa
vendría a partir de 1910, con obras como “Veces de Gesta” o “La marquesa
Rosalinda”, aunque recibe malas críticas y algunas de sus obras son rechazadas.
Es entonces cuando la obra de Valle-Inclán se vuelve más personal y decide
dedicarse a la novela. Hay que destacar, sin duda, “Tirano Banderas” (1926),
donde
es patente la huella de su todavía reciente viaje al México revolucionario. Y,
sobre todo la pieza “Luces de bohemia” (1920) en la que el esperpento se mezcla
con la realidad del Madrid de los cafés y la cínica tradición española.
En 1927 inicia la
publicación de un ambicioso proyecto narrativo, “El ruedo ibérico”, que, de
forma semejante a los “Episodios nacionales” de Benito Pérez Galdós, pretende
narrar la historia de España desde el reinado de su detestada Isabel II hasta
la época contemporánea al autor hasta el la pérdida colonial con la guerra de
Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Únicamente llegó a escribir tres novelas de este
proyecto: “La corte de los milagros” (1927), “Viva mi dueño” (1928) y “Baza de
espadas” (1932).
La obra poética de
Valle-Inclán está reunida en la trilogía “Claves líricas” (1930), formada por “Aromas
de leyenda. Versos en loor a un santo ermitaño”, “El pasajero” y “La pipa de
kif”.
“Aromas de leyenda. Versos
en loor a un santo ermitaño” (1907), recibe la influencia del Modernismo.
Consta de catorce poemas de métrica variada. En ellos recrea diversos aspectos
de su Galicia natal: descripciones del paisaje, trabajos cotidianos,
milagrería, superstición, etc. Inscrito también en la estética modernista.
“El pasajero” (1920)
desarrolla en treinta y tres composiciones temas trascendentes: la muerte, el
dolor, la vida, la pasión, la eternidad, etc.
Con “La pipa de kif” (1919),
Valle-Inclán da paso en sus poemas a lo grotesco, a lo esperpéntico. Esta obra
se ha definido como una colección de estampas trágico-humorísticas.
Representación teatral de "Luces de bohemia"
Poema "Karma"
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